Mismidad

Me pienso , y me auguro profanando desnudo un eviscerado futuro.

Me duermo, y me contemplo sediento en medio de un desierto, postrado ante un oasis de fresco silencio.

Me despierto , y callo , conteniendo el aliento en el estrecho y frágil rincón donde me oculto y me hallo.

Me acurruco entre desteñidas sábanas de ficciones , que emergen a borbotones del preludio de un presentido mañana.

Me duelen los aletargados dardos de un Eros de mi paraíso  desechado.

Me miro sin pudor ni rencor en el vértice especular del dolor.

Me escudriño, como herido niño, allí donde la carne me confunde y al alma abortados besos un mañana inunde.

Me sorprendo quemando rituales que mi yo disfrazan con grises retales ; y que acaso entre moribundos versos , sus cenizas halles.

Me empequeñezco asediado de astillados momentos  que proceden de naufragios , cíclicos , sempiternos.

Me crezco cuando en neutral ámbito observo que del árbol del amor no cuelgan frutos perfectos.

Me siento enjaulado entre los muslos de la mismidad , justo donde se ve absurda toda supuesta necesaria mitad.

Es necesario gritar "no" a quien  , como una ciega luz negra , vino a secar nuestra más bella flor.

  

Alma despeinada

Tus manos ateridas al sostén de la vida se convierten en emergentes algas marinas.

Tu boca entreabierta como flor tierna  hace libar cordeles de mieles que a la espesa distancia repelen.

Tu cuerpo  , como punzante pincelada , se enfrenta al lienzo de mi particular nada.

Tus piernas desnudas , las mías con piel de hoy y ayer , anudan.

Tus desobedientes pies desoyen al envés  del caminar de un nuevo renacer.

Tu alma despeinada , repleta de hojarasca , como espumosa borrasca , húmedos besos me arranca. 

Tu estrella mecida entre nubes de espera , salpica de luz a mi alma prisionera.

Tu mar hoy calla por no gritar a las cuchilladas de las afiladas olas de la soledad.

En la estéril parcela que mi corazón habita , de frío tus gastados besos tiritan.

Malgastamos nuestro más empecinado empeño en lo que creemos elevado , grande ; y nos olvidamos de que la auténtica grandeza está en lo que un día se nos quedaba insuficiente , pequeño.

Claroscuro hoy

Si me preguntas quién soy , te responderé que soy un instante en un claroscuro hoy.

Si me pides un deseo , te diré que el  deseo de escribir tu nombre en la espesa oscuridad en la que no te veo.

Si me quieres hablar de tu alma , desnúdala con calma , báñala en agua de Mayo ; y cúbrela con el cálido manto de un  triste caído rayo.

Si a tu verdad invocas  y a la suerte imploras , búscame en el centro de un mar sin olas  , en el que la bóveda celeste se desploma y una aurora de esperanza se asoma.

Si un día te descubres entre sombras de hielo,que con afilado escalpelo tatúan tu corporeidad de hambrientos desvelos , unta tu memoria con los fluidos de la perdida otredad , inúndala con los efluvios de un laureado jamás.

Si tu conciencia se vuelve sombría y unirse quiere a nocturna jauría , no me busques en el centro tibio del día.

Si la carne te hiriera y el alma vacía se quedara , desde la más alta tarima  , con yertas manos  te saludará huidizo el mañana.

Si perdida te sintieras , sin saber qué hacer , sin un nuevo norte al que poseer , será la hora de inhumar el ayer que no se fue; y abrazar el hoy del poder llegar a ser. 

Todos tenemos que aprender alguna vez que el auténtico querer nos hace sentir plenos de ser.

Piel pelágica

Piel pelágica la tuya , deseada superficie mágica  en tardes metálicas.

Mirada clara , azul , la tuya , entreverada de jirones del pronombre tú.

Exfoliante tiempo  , el tuyo , que purga allí donde mi pensamiento busca y hurga.

Circunloquio absurdo , el  tuyo , de huecas palabras en anodino barullo.

Ajados labios , los míos, untados con el limoso fango del fondo de tu río.

Entulado cuerpo , el tuyo , libidinoso manto al que rehuyo ; y en los entresijos de mi memoria cobijo y arrullo.

Embarrado umbral , el mío , que sofoca el calor en tardío estío.

Bicéfalo halo que humidifica nuestro común y distante espacio.

Ella , pronombre difuso , lejano , que desconoce el código de mis manos.