martes, 20 de mayo de 2014

Entre lo onírico y lo real









Sonidos delgados repican en el traslúcido vidrio de este amor soñado o divino.

Arcángeles oscuros con estacas de férreo pino socavan nuestro muro , allí donde no caben ya abrazos seguros.

Luces , en eterna vigilia  espía  , expulsan a la tarde y a la noche de nuestro único día.

Manantiales de tinieblas riegan tu cielo y mi tierra con ácidas gotas de pertrechada tregua.

Un halo de resplandor eterno entroniza al tormento y su cortejo.

Luceros lejanos hasta un mar de cercanía y desencanto despliegan sus manos.

Una espada de hoja mellada desafía a la enhiesta y refulgente nada.

Acechantes  y  malgastadas caricias huyen por no devengar en ensalivada brisa. 

....cuando la sangre se hace rancia y los demonios de dentro se erigen en reino....