Me pienso , y me auguro profanando desnudo un eviscerado futuro.
Me duermo, y me contemplo sediento en medio de un desierto, postrado ante un oasis de fresco silencio.
Me despierto , y callo , conteniendo el aliento en el estrecho y frágil rincón donde me oculto y me hallo.
Me acurruco entre desteñidas sábanas de ficciones , que emergen a borbotones del preludio de un presentido mañana.
Me duelen los aletargados dardos de un Eros de mi paraíso desechado.
Me miro sin pudor ni rencor en el vértice especular del dolor.
Me escudriño, como herido niño, allí donde la carne me confunde y al alma abortados besos un mañana inunde.
Me sorprendo quemando rituales que mi yo disfrazan con grises retales ; y que acaso entre moribundos versos , sus cenizas halles.
Me empequeñezco asediado de astillados momentos que proceden de naufragios , cíclicos , sempiternos.
Me crezco cuando en neutral ámbito observo que del árbol del amor no cuelgan frutos perfectos.
Me siento enjaulado entre los muslos de la mismidad , justo donde se ve absurda toda supuesta necesaria mitad.
Es necesario gritar "no" a quien , como una ciega luz negra , vino a secar nuestra más bella flor.