O hurgar de nuevo en el vacío en que estás.
O dibujar tu triángulo de impudicia , transfigurado en carnal codicia.
O acorralar y amurallar en ignoto espacio al hijo bastardo de un rencor al tiempo reacio.
O escribir versos enjutos que vislumbren entre tinieblas tu cuerpo desnudo.
O engalanar con sarpullidos de gozo a la propia piel del luto.
O anestesiar al propio insomnio en el ángulo más oscuro de tu dormitorio.
O tiritar con frío estremecimiento bajo el puente del silencio.
O encanecer a la propia memoria , cuando se desploman minutos sin pena ni gloria.
O esconder indecisiones al son de la comparsa de no excluyentes disyunciones.
O seguir hibernando mientras la primavera llega despacio...
O seguir hibernando mientras la primavera llega despacio...