Habito en un yo expropiado en el que mi voz suena extraña ; y donde los deseos son cercenados por afilada guadaña.
Descanso al filo de un acantilado , con sábanas de escarcha , arropado.
Sueño sobre líneas de versos , en exiliado embeleso.
Bosquejadas sonrisas izo en las colinas desde las que se otean sortilegios y hechizos.
Me siento a la mesa de una noche que empieza , como convidado de piedra ante frío manjar.
Me busco y me encuentro sobre cárdenas señas de identidad , que como savia de silencio , irrigan mi soledad.
Me refugio entre ciegas paredes , blandiendo punzantes emociones , como luchan los peces en mortales redes.
Me sospecho preso en tortuoso trecho de secos helechos.
En las viejas maletas de mi yo expropiado , llevo tu rostro perfilado , tu envolvente olor , tu dulce sabor.
En las viejas maletas de mi yo expropiado , llevo tu rostro perfilado , tu envolvente olor , tu dulce sabor.