Sonidos delgados repican en el traslúcido vidrio de este amor soñado o divino.
Arcángeles oscuros con estacas de férreo pino socavan nuestro muro , allí donde no caben ya abrazos seguros.
Luces , en eterna vigilia espía , expulsan a la tarde y a la noche de nuestro único día.
Manantiales de tinieblas riegan tu cielo y mi tierra con ácidas gotas de pertrechada tregua.
Un halo de resplandor eterno entroniza al tormento y su cortejo.
Luceros lejanos hasta un mar de cercanía y desencanto despliegan sus manos.
Una espada de hoja mellada desafía a la enhiesta y refulgente nada.
Acechantes y malgastadas caricias huyen por no devengar en ensalivada brisa.
....cuando la sangre se hace rancia y los demonios de dentro se erigen en reino....
....cuando la sangre se hace rancia y los demonios de dentro se erigen en reino....