Como alondra perdida y malherida llegaste un inesperado día a mi ventana.
Me dijiste tu nombre : Ana ; y lo grabé a golpes de Sol , en mi pecho , una tibia mañana.
Me dijiste tu nombre : Ana ; y lo grabé a golpes de Sol , en mi pecho , una tibia mañana.
Curé tus alas quebradas , de ponzoña inyectadas , me convertí en veloz Pegaso ; y te aupé en mi grupa , en armónica balada.
Eres tú la mujer encontrada , que como antorcha permanentemente encendida , da y dará por siempre sentido a mi vida.
Eres tú la mujer con la que caminar bajo un septuagenario palio , cuando se acerque mi ocaso.
Tú y yo , aurigas de una misma cuádriga , a pesar lo que el destino designe o diga.
Tú , corriente de agua en las infinitas inmediaciones de un paraíso custodiado por fieles querubines.
Tú , temporalidad y esencia , ser y tiempo , forjando la conciencia.
Tú y yo , ayer , hoy y mañana , amalgamados en el ansia de un permanente renacer , en una siempre nueva alborada.
Mujer de celeste y transparente mirada anclada en eterna armónica balada...
Mujer de celeste y transparente mirada anclada en eterna armónica balada...