Diminutos gigantes

Acaso yo sea una sombra , un ente de ficción en el oscuro interior de la caverna de la que hablaba Platón.

Acaso no sean torvos los presagios , que  braman en forma de pensamientos por dentro.

Acaso sean los instantes diminutos gigantes que , incesantes , ululan entre el ahora y el antes.

Acaso el adverbio siempre dejó de esparcir su simiente a quien en las fauces de la mentira duerme.

Acaso fueron largas y pesadas las cadenas de la idolatrada libertad por la que muchos desperdiciaron vida y dignidad.

Acaso no haya ni imperio ni patria que merezca una  sola lágrima.

Acaso toda alborada sea ya el ocaso de un día que ni conoce ni conocerá un cielo raso.

Acaso  estés en el centro de mi agónica marea , donde viejas palabras amalgamadas  a  mi yo capean ; y  procelosos minutos  hieren y golpean.

Acaso mi yo hipoteco  ,  mientras  en la mirada de un rostro limpio lo columpio.