Me despierto en la madrugada y veo al niño herido ,que vive en mí , reflejado en el espejo del alma.
Su mirada vítrea refleja el temor a la Verdad que , con con largas uñas , el cristal de una vieja ventana , araña.
El niño herido bosteza entre desvencijadas marionetas , dispersas por una habitación de memoria , ilesa.
Sus manos arrugan una hoja de papel en blanco , mientras su cara , poblada de lágrimas, se baña de llanto.
El niño herido me pregunta quién soy.Le contesto que soy polizonte en un bajel llamado : Vida.
El niño se acerca a la ventana , garabatea en el cristal mi nombre y se aleja con sus heridas.
Entre las canciones que despiertan sensaciones de piel , de ayer y de hoy ,ésta puede ser una muestra.
Juan Pardo, muy hermoso y muy emotivo, oh! cuantas heridas arastramos los seres humanos.
ResponderEliminarUna miga, si tu lo quiers. Saludos.
Precioso poema Juan. Arrastramos cosas y cosas y se va llenando el costal, y para postre, en ocasiones preferimos hacer ojos ciegos pues nos duele reconocer la verdad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y gracias por tu visita a mi blog