miércoles, 31 de agosto de 2011

Toxicidad



Un negro y ciego abismo se abre en el interior de mí mismo.
Un olor a soledad quiere tapiar ventanas y puertas que no se abrirán.

Un tacto herido hace vulnerables los instantes que pertenecieron a un antes.
Mi yo despierto expulsa paisajes yertos que nacieron del aliento del tormento.

Mi piel , liberada de personales pronombres , embaucadores cantos de sirena desoye.
Vaivén de pájaros de picos tóxicos , sobrevuelan cenagosos e insondables barrancos.

Arder de duras palabras , de frías sonrisas  que yacen en el cauce de un río de cenizas.
Ya puedo atravesar el puente  que siempre reticente ,me hizo sentir , extraño , enajenado , ausente. 


Atrapado , ovillado sobre un colchón de insomnios , sólo al eco de lejanas canciones  respondo.



2 comentarios:

  1. La soledad es una inerte y despiadada compañera que se aloja en el alma si la dejas entrar. No te dejes atrapar por ella mucho tiempo, la vida continúa y vale la pena seguir luchando por los sueños.

    Un cálido abrazo de mariposa,
    Diana

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  2. Limpiar los rincones envenenados que aloja el corazón supone despertar la conciencia de espacios que cobran vida, y que reconocemos porque vuelven a ser puros. Ese es un acto en soledad, pero los resultados se comparten gratamente.

    Muy intenso. Veo que sigue tu catarsis.

    Besos

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